La competición de voleibol en los Juegos Paralímpicos está dividida en
dos modalidades: de pie y sentados. De esta manera, es un deporte abierto
a todo tipo de personas con movilidad reducida. En el voleibol de pie
participan minusválidos físicos con afectaciones leves, mientras que las
personas con discapacidades físicas más severas lo hacen en voleibol sentados,
en donde el campo es más pequeño y la red está a una altura más baja,
lo que hace que el juego sea más rápido y, en ocasiones, muy espectacular.