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10/03/2006 - Los IX Juegos Paralímpicos de Invierno han comenzado con la ceremonia de inauguración celebrada en el estadio olímpico de Turín. A la misma asistieron el presidente de la República de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, el presidente del Comité Paralímpico Internacional, Philip Craven y el del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge. Por parte española estuvieron presentes el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, el director General de Deportes del Consejo Superior de Deportes, Rafael Blanco, y el presidente del Comité Paralímpico Español y de la ONCE, Miguel Carballeda.
A la apertura asistieron más de 45.000 espectadores que llenaron las gradas y saludaron a los más de 520 deportistas, procedentes de 40 países que participarán en este evento. La ceremonia transcurrió por distintas coreografías y alegorías sobre el lema de los Juegos, “Rompiendo todos los límites”, que fue escenificado cuando Silvia Battaglio, joven ciega de 11 años, entregó una flecha a la italiana Paola Fantato, participante en cinco ediciones de los Juegos Paralímpicos en tiro con arco, quien la lanzó contra un muro de ladrillo que poco a poco fue destruyéndose, dejando claro que las barreras no deben existir para nadie.
Al frente del equipo español, y mientras el estadio hacía la ola, desfiló el esquiador guipuzcoano, Yon Santacana, deficiente visual, que compite por segunda vez en unos Juegos Paralímpicos, en la modalidad de esquí alpino. Santacana abanderó al equipo español compuesto por un total de nueve esquiadores, de los que dos son discapacitados físicos (Eduardo Carrera y Ramón Homs) y los otros siete ciegos y deficientes visuales (Andrés Boira, Anna Cohi, Anna Coma, Alba de Toro, Yon Santacana, Eric Villalón y Carmen García).
El presidente del Comité Paralímpico Internacional, Philip Craven, quiso destacar la gran labor de los voluntarios y la fantástica bienvenida “que la ciudad de Turín dio a la familia paralímpica”. Además transmitió a los deportistas un mensaje de pasión “por el deporte, por cada país pero, por encima de todo, pasión por la vida y el sentimiento que está en el corazón de cada paralímpico”.