El biatlón debutó en el programa paralímpico en los Juegos de Innsbruck’88 (Austria), como deporte exclusivo para discapacitados físicos. En la siguiente edición, la de Albertville’92 (Francia), se incorporó la participación de biatletas con discapacidad visual. Este deporte mezcla dos competiciones en una, esquí de fondo y tiro.
El biatlón se desarrolla en un circuito de 2,5 km, que se repite cinco veces en todas las categorías (12,5 km), salvo en la de esquiadoras en “sit-ski”, que sólo completan cuatro vueltas (10 km). En la prueba de persecución, hombres y mujeres recorren tres kilómetros (3 km x 2).
En función del recorrido, los deportistas se detienen distintas veces en la zona de tiro. Disponen de cinco disparos para dar a un blanco situado a 10 metros. Cada tiro errado es penalizado con segundos extra, que se añaden al tiempo total.
El biatlón sigue los mismos criterios de clasificación de deportistas que el esquí nórdico y está regido por las normas adaptadas de la Unión Internacional de Biatlón (IBU).
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