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España concluyó la fase de grupos con tres victorias ante Francia (69—76), República Checa (61—42) y Polonia (82—81), y dos derrotas frente a Gran Bretaña (70—58) y Alemania (66—58). Los germanos lideraron la liguilla, con polacos, británicos y españoles empatados a puntos por detrás. Sin embargo, el basketaverage adverso relegó a ‘la Roja’ a la cuarta plaza y tuvo que enfrentarse a Turquía, invicta en el grupo A, en semifinales.

La derrota por 63—54 apartó a España de la lucha por las medallas y la obligó a ganar los dos partidos por las posiciones quinta a octava para hacerse con el billete paralímpico a Río. Este objetivo se cumplió con mérito, al derrotar primero a Polonia (56—47) y posteriormente a Italia (55—86).

Con esto, España tendrá en Río 2016 equipo masculino de baloncesto en silla de ruedas por novena vez en unos Juegos Paralímpicos, después competir en los de Heidelberg’72 (undécimo puesto), Toronto’76 (se quedó en la fase previa), Arnhem’80 (undécimo), Stoke Mandeville’84 (no llegó a cuartos de final), Seúl’88 (duodécimo), Barcelona’96 (sexto), Atlanta’96 (cuarto) y Londres 2012 (quinto).

En cuanto a los demás resultados masculinos, Gran Bretaña se adjudicó la medalla de oro continental por tercera edición consecutiva, al vencer en la final a Turquía (plata). Alemania (bronce) se impuso en el encuentro por el tercer y cuarto puesto a Holanda. Polonia, Israel, Suecia, Suiza, Francia y República Checa completaron la clasificación.

Quinto puesto también para la selección femenina

El equipo español femenino logró también la quinta posición tras derrotar a Italia por 68—15, la segunda victoria más contundente de España en un partido oficial. Sin embargo, no logró la clasificación paralímpica al haber únicamente cuatro plazas en juego.

En la competición femenina únicamente hubo un grupo de siete equipos que disputó una liguilla a una sola vuelta. Las derrotas ante Holanda (21—82), Alemania (68—64), Francia (39—51) y Gran Bretaña (54—40) pesaron más que las victorias contra Italia (15—75) y Turquía (68—24), de forma que España sólo pudo ser quinta de grupo.

Una vez fuera de las semifinales del Europeo y de los Juegos, el objetivo de la escuadra dirigida por Abraham Carrión era concluir con el buen sabor de boca que dejan las victorias. Así lo hicieron en el partido por el quinto y sexto puesto, al endosarle a la selección transalpina un contundente 68—15.

En la final, Alemania se impuso a Holanda por 72—62, en tanto que Gran Bretaña completó el podio al doblegar a Francia por 69—39.