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Los 75 participantes, afectados todos ellos por parálisis cerebral o discapacidad física grave, pertenecían a las selecciones autonómicas de Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Cataluña, Comunidad de Madrid, Extremadura, Navarra y País Vasco.

Las competiciones de boccia se organizan en cuatro categorías de discapacidad: la BC1 corresponde a deportistas que lanzan con manos o pies y precisan ayuda de un asistente; los de la BC2 son aquéllos que pueden lanzar sin ayuda; la BC3 precisa asistencia y realiza los lanzamientos a través de una canaleta; todos ellos sufren parálisis cerebral. La categoría BC4 engloba a los deportistas con discapacidad física severa.

Como en anteriores ediciones, las selecciones contaron con un máximo de dos jugadores por categoría. En cada duelo autonómico se produjo un enfrentamiento en bloque, con un total de siete pruebas, cuatro individuales (BC1, BC2, BC3 y BC4), una por parejas BC3, otra por parejas BC4 y una última prueba por equipos (BC1 y BC2).

La victoria final se la llevó la selección de Madrid, que fue quien consiguió la mayor puntuación, contabilizando todos los partidos y todas las categorías. En esta ocasión, los madrileños lograron un título que se les resistía en los últimos años.

La medalla de plata fue para Cataluña, que marchó empatada con la Comunidad de Madrid durante parte del torneo, mientras que el bronce se lo adjudicó el País Vasco que quedó por encima de la selección de Aragón, cuarta claisificada.

En quinto lugar apareció el combinado de Andalucía, que en las dos últimas ediciones había sido bronce y plata respectivamente, seguido por Asturias, Extremadura, Castilla y León y Cantabria, en los puestos sexto a noveno.

El Campeonato de España es la máxima competición de ámbito nacional por selecciones autonómicas y en él se establece el ranking de los jugadores de Boccia de toda España.