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La malagueña Carmen Herrera se impuso en la categoría de menos de 70 kilos a la madrileña Clara Letinier, mientras que la valenciana Mónica Merenciano venció en la de menos de 63 kilos a la vasca Patricia Reyes. Además, en menos de 52 kilos, la victoria fue para la navarra Laura García sobre la bilbaína Sheila Hernández.

Entre los hombres, los sevillanos David García Orozco y Abel Vázquez se proclamaron campeones en menos de 66 y menos de 81 kilos, respectivamente, al derrotar al almeriense José Antonio Luque y al canario Andrés Santana.
Los judokas asturianos también consiguieron dos medallas de oro, la de Roberto Bernardo, que se impuso al canario Onofre Santana en menos de 73 kilos, y la de Laureano García, que superó al navarro Íñigo Gérboles en menos de 90 kilos. La victoria en categoría infantil fue para el gallego Adrián González.

En total, participaron unos 30 deportistas ciegos o deficientes visuales procedentes de Andalucía, Asturias, Baleares, Castilla y León, Cataluña, Galicia, La rioja, Madrid, Navarra y País Vasco. En esta ocasión, la competición no se disputó por eliminatorias, sino por un sistema de liga de todos contra todos.

El judo es uno de los deportes paralímpicos con menos modificaciones respecto a la versión olímpica. Uno de estos cambios consiste en que todos los combates deben comenzar con los dos deportistas agarrados y si en algún momento los judokas se sueltan, el árbitro está obligado a parar el combate para que vuelvan a cogerse.

Además, existen otras alteraciones relativas a la forma de transmitir las señales de los árbitros a los deportistas, ya que no lo pueden hacer por gestos.