La historia de los Juegos Paralímpicos empezó en 1960 en la ciudad de Roma. Antonio Maglio, director del Centro de Lesionados Medulares (INAIL) de Ostia, propuso que los IX Juegos Internacionales de Stoke Mandeville (denominación oficial de los Juegos Paralímpicos de Roma) se celebraran aquel año en la capital italiana, coincidiendo con los Juegos de la XVII Olimpiada. Los Juegos comenzaron seis días después de que finalizasen los Juegos Olímpicos de Verano, y contaron con el apoyo de la INAIL y de las autoridades italianas, tal y como lo demuestra el hecho de que fuera la primera dama, Carla Gronchi, la encargada de inaugurar ese acontecimiento en el Estadio Olímpico de Roma. Uno de los momentos de mayor resonancia de aquellas “Olimpiadas para minusválidos” (el término Juegos Paralímpicos no fue aprobado por el Comité Olímpico Internacional hasta 1984) fue la audiencia privada que concedió el Papa Juan XXIII a todos los participantes. En una audiencia posterior, Juan XXIII elogió la labor de sir Ludwig Guttmann y le dedicó una frase memorable, en la que le comparó con el fundador de los Juegos Olímpicos de la era moderna: “usted es el Coubertin de los discapacitados”.
Los Juegos Paralímpicos de Roma fueron los primeros Juegos Internacionales para discapacitados que se desarrollaban en las mismas instalaciones y sedes que los Juegos Olímpicos, por lo que el Comité Organizador tuvo que efectuar varios acondicionamientos técnicos para la accesibilidad de los deportistas.
Los I Juegos Paralímpicos se celebraron entre el 19 y el 24 de septiembre de 1960 y contaron con la participación de más de 400 deportistas en silla de ruedas, procedentes de 23 países. En esta primera edición de los Juegos se incluyeron 8 deportes en el programa de competición:
- Atletismo
- Baloncesto en silla de ruedas masculino
- Dartchery
- Esgrima
- Natación
- Snooker
- Tenis de mesa
- Tiro con arco
Al término de los Juegos, en la Ceremonia de Clausura celebrada el 25 de septiembre en el Palacio de Deportes de la Villa Olímpica, Sir, Ludwig Guttmann ideario y visionario del proyecto de la celebración de unos Juegos Internacionales para Discapacitados que tuvieran el mismo rango y reconocimiento mundial que sus homólogos los Juegos Olímpicos, mostró su satisfacción porque los Juegos de Roma habían abierto camino para un nuevo modelo de reincorporación de las personas discapacitadas a la sociedad y al mundo del deporte.
En esta edición de los Juegos de Roma España no participó ya que aún no se había creado ninguna estructura deportiva nacional y, por lo tanto, no existían deportistas federados.