Será la primera presencia en unos Juegos Paralímpicos para el taekwondista gallego Álex Vidal. Reconoce que “es un sueño, el objetivo para cualquier deportista”, pero admite que no sólo se conformará con estar en la capital japonesa. “No cabe duda de que, una vez que esté allí, mi espíritu competitivo y mi ambición me van a llevar a luchar por lo máximo, a querer estar en el podio y poderme colgar una medalla”, confiesa en una entrevista para los medios digitales del Comité Paralímpico Español.
Vidal, que ya volvió a los entrenamientos habituales hace unos días, reconoce que el confinamiento no ha sido tan difícil para él: “Nos marcamos una rutina diaria de entrenamientos y no se me hizo tan duro este tiempo encerrado en casa. Si es verdad que los domingos, que era el día que habíamos fijado para descansar, se hacía un poquito más largo. Eso sí, se agradece volver aunque sea a una nueva normalidad”.
El verdadero artífice de que Álex acabara en el mundo del taekwondo fue su entrenador, Juan Luis. Desde siempre, el gallego fue un apasionado y practicante de todo tipo de deporte, pero un día “me apunte al centro deportivo donde él daba clases de taekwondo para mantener movilidad en los brazos, tal y como me habían dicho los médicos. Juan Luis sabía que yo había hecho fútbol y otros deportes ‘de pierna’ y me animo a dar patadas para quitar estrés. Y la verdad es que me encantó, me enamoré de este deporte”.
Precisamente el balompié es otra de sus grandes aficiones. Admite que el regreso de LaLiga “ha sido positivo”, aunque cree que han tenido “más privilegios que otros deportistas”, como los propios paralímpicos. Y nos descubre sus colores: “en mi casa son del Real Madrid y me lo inculcaron, pero yo de pequeño, cuando nos llevaron a La Coruña, me quedé prendado del Dépor de Fran, José Ramón, Donato… Desde entonces esos son mis colores. A ver si tenemos suerte y podemos salvar la categoría esta temporada”.
Fuera del deporte, Álex Vidal destaca por sus grandes dotes culinarias y por se un amante de la tecnología. “Es verdad que me gusta mucho la cocina, intento practicar y le pido consejo a mi padre, que es un gran cocinero. Eso sí, siempre comida muy sana (…) Sí sí, soy muy tecnológico, de hecho mis amigos me vacilan y me dicen que si comparto piso con Alexa (risas)”.
Finalmente, el deportista gallego no deja pasar la oportunidad de hablar de sus dos grandes amores: Galicia y su ahijada: “Nosotros viajamos mucho por competición y ves cosas muy bonitas y que te impactan, pero luego vengo aquí y tengo claro que esto es el paraíso (…) Antía es mi ahijada, la quiero como si fuera mi hija”.
Álex estará en Tokio el próximo año y vivirá la gran experiencia deportiva de su vida. No sabemos si Japón le gustará tanto como Galicia, pero seguro que vivirá momentos que jamás se borrarán de su mente. Esperemos que, además, lo haga con esa medalla con la que sueña.