El ciclista Luis Miguel García-Marquina se vistió este martes de bronce en su estreno en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 al terminar tercero en la contrarreloj durante la primera jornada de las pruebas de ciclismo en carretera.
La carrera se celebró en el Circuito Internacional de Velocidad de Fuji y sus inmediaciones, al que los corredores de la clase H3 ('handbike' o bicicleta que se impulsa con las manos) tuvieron que dar tres vueltas hasta completar 24 kilómetros.
García-Marquina invirtió un tiempo de 43'48"68 que valió su peso en bronce. La medalla de oro fue para el austríaco Walter Ablinger (43'39"17) y la de plata, para el alemán Vico Merklein (43'41"06).
A su llegada a meta García-Marquina reconoció “no tener palabras” por esta medalla. Visiblemente emocionado quiso acordarse de su mujer, sus hijos, sus padres, abuelos y familia en general. “Estoy aquí por ellos, por un amigo que me enseñó en el Hospital de Parapléjicos de Toledo a valorar el esfuerzo”.
“No podía salir de otra manera, estoy exhausto tras un recorrido que no me favorece nada y ahora hay que disfrutar de este éxito porque hay muchísimo trabajo detrás”, concluyó.
El ‘handbiker’ de Tarancón (Cuenca), subcampeón del mundo de la especialidad, volvió a demostrar en Japón su buen estado de forma al subirse al tercer peldaño del podio. En la misma prueba, el español Israel Rider terminó decimocuarto con un tiempo de 47'52"51.
García-Marquina jugó durante varios años al baloncesto en silla de ruedas antes de competir en pruebas ciclistas. El pasado mes de junio ganó tres medallas en el Mundial de Ciclismo en Carretera, celebrado en Cascais (Portugal), concretamente plata en equipo de relevos, plata en contrarreloj individual y bronce en ruta.
Además de deportista, García-Marquina es abogado y en 2015 recibió la Cruz del Mérito Civil, otorgada por los Reyes en reconocimiento a su trayectoria.