La nadadora con discapacidad física Esther Morales sacó hoy toda su rabia y necesitó rebajar por segunda vez en un día su marca personal para adjudicarse la medalla de bronce de los 100 metros espalda de la clase S9 en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008, un éxito que no se esperaba antes de disputar la final.
Morales, que tiene agenesia en su mano izquierda, partía con el sexto mejor tiempo de todas las finalistas y concluyó los primeros 50 metros en el tercer lugar, puesto que mantuvo hasta el final hasta hacer un tiempo de 1´´13"77, 20 centésimas menos que la cuarta clasificada, la estadounidense Susan Beth Scott, con la que mantuvo un disputado mano a mano en los últimos metros.
La prueba concluyó con la circunstancia de que dos nadadoras se hicieron con sendas medallas de oro, ya que la neozelandesa Sophie Pascole y la sudafricana Shireen Sapiro tocaron la última pared con el mismo tiempo (1´´10"57), lo que supone un nuevo y compartido récord del mundo.
Al acabar la carrera, Morales declaró a los periodistas españoles que no se esperaba conseguir la medalla y que en la serie matinal había rebajado cerca de un segundo su mejor marca personal (1´´14"64), pulverizada después en la final.
Morales señaló que en el Campeonato del Mundo disputado en Durban (Sudáfrica) en 2006 se llevó "una decepción" por no conseguir ninguna medalla y que llegó a Pekín "mentalizada de que no podría; que lucharía, pero que era muy difícil".
La nadadora comentó que en los últimos instantes de la carrera no vio a sus rivales y que "la llegada la he hecho con la máxima rabia posible. Ahí es donde me parece que he ganado la medalla".
Con esta medalla de Esther Morales, España acumula ya un total de 45 metales en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008: 12 de oro, 18 de plata y 15 de bronce.