Recién concluido el Campeonato de Europa de Bádminton Paralímpico disputado en Rodez (Francia), el balance del equipo español resulta francamente positivo. Dos medallas de bronce se trae el combinado nacional desde tierras galas. Una de ellas para Marcela Quinteros en la prueba individual categoría WH2 y otra para el joven Pablo Serrano en el doble masculino SU5 junto al ruso Chiviksin. Otros dos españoles se quedaron a las puertas del podio y de los metales. Simón Cruz (SL3) y Esther Torres (WH2) cayeron en cuartos de final y no pudieron culminar su gran actuación con alguna de las preseas en juego.
En Marcela Quinteros estaban puestas gran parte de las expectativas de la selección española en este campeonato continental. Y es que la alicantina, una de las mejores del panorama europeo en la categoría de silla de ruedas, venía de conseguir un triple oro en el Open de Dinamarca disputado un par de semanas antes. Superó la fase previa sin apenas apuros, cediendo tan sólo ante su bestia negra del torneo, la turca Emine Seckin. Como segunda de grupo, Quinteros se tuvo que medir en cuartos de final a la francesa Emmanuelle Ott. A pesar de jugar en casa y ejercer el papel de anfitriona, la jugadora gala no tuvo opción de derrotar a la española, que de manera contundente se metía en semifinales y aseguraba la medalla de bronce. En el siguiente escalón, Marcela se topaba de nuevo con Seckin, quien volvió a vencer para posteriormente proclamarse campeona de Europa.
Pablo Serrano fue la otra gran noticia de los nuestros. El joven jugador de tan sólo 14 años, con discapacidad en un brazo, logró otra brillante medalla de bronce, en esta ocasión acompañado de Mikhail Chiviksin en la modalidad de dobles. Ésta era la primera competición internacional para el asturiano, y el rendimiento corrobora las grandes expectativas que la Federación Española de Bádminton tiene depositadas en él. Quizá la cita de Tokio 2020 sea muy prematura, pero sí para la de París 2024. Serrano y Chiviksin finalizaron segundos en la fase de grupos, derrotaron en cuartos de final a los turcos May-Tuemkaya y cayeron en semifinales ante una de las grandes parejas a nivel mundial, el polaco Mroz y el turco Tuzcu.
Uno de nuestros veteranos y ya habitual en este tipo de campeonatos, el jienense Simón Cruz, no pudo sumar una medalla más a su extenso palmarés. El andaluz, con amputación de su pierna izquierda, finalizó segundo en la primera fase, superó los octavos de final ante el belga Ben Biesmans, pero cayó en cuartos de final con el francés Mathieu Thomas en un encuentro muy apretado por un doble 21-17. A pesar de no colgarse metal, buen torneo de Cruz, que también alcanzó la ronda de cuartos de final en la modalidad de dobles.
Por su parte, Esther Torres, que compite en la misma categoría que Marcela Quinteros, la WH2, también se quedó con la miel en los labios y su trayectoria se cortó en la maldita ronda de cuartos de final. La toledana completó una gran actuación pero no fue suficiente para alcanzar el podio, cayendo ante la escocesa Fiona Christie.
El balance de estas dos medallas, además de otros cuatro jugadores dentro de los ocho mejores puestos, ha significado que España haya mejorado sus resultados con respecto al Europeo de 2016 celebrado en Beek (Países Bajos), donde tan sólo logró un metal.