WHISTLER Y VANCOUVER DESPIDEN A LOS PARALÍMPICOS CON UNA EMOTIVA CEREMONIA DE CLAUSURA

Los Juegos Paralímpicos de Vancouver 2010 concluyeron con una emotiva Ceremonia de Clausura que se celebró en el centro de la ciudad de Whistler, en la Medals Plaza, ante un entusiasta público que despidió a los 600 participantes procedentes de 40 países que han competido en estos Juegos.
La ceremonia comenzó con el desfile de los atletas, algo más informal que el del día de la inauguración. El abanderado español, Jon Santacana, junto al resto de representantes de los demás países, desfilaron por las calles aledañas a la plaza y pudieron recibir el cariño del público durante el trayecto, para hacer su entrada después en el recinto acotado de la plaza, en la que se había instalado un graderío para albergar a 8.000 personas.

Tras la entrada de los deportistas en la Medals Plaza dio comienzo un espectáculo de música y danza, protagonizado por grupos tradicionales indígenas canadienses, para continuar con un número titulado “Las luces del Norte”.

Como viene siendo tradicional en los Juegos Paralímpicos, en la ceremonia de clausura se procedió a la entrega del Premio Whang Youn Dai, que se concede a un atleta masculino y a otra femenina –en esta ocasión al jugador de hockey japonés Endo Takayuki y a la esquiadora de fondo canadiense Collete Bourgonje-, por haber demostrado un excepcional nivel de determinación para superar la adversidad a través del deporte.

Tras los discursos del director ejecutivo del Comité Organizador de los Juegos de Vancouver, John Furlong, y del presidente del Comité Paralímpico Internacional, Philip Craven, llegó el turno para el relevo de Sochi. Los vídeos y el breve espectáculo que ofrecieron los organizadores de los Juegos Paralímpicos del año 2014 dieron una muestra de lo que Rusia pretende organizar dentro de cuatro años.

Los alcaldes de Whistler y Vancouver, Ken Melamed y Gregor Robertson, respectivamente, traspasaron la bandera paralímpica a Philip Craven, quien la entregó al alcalde de Sochi, Anatoly Pakhomov, consumando así simbólicamente el relevo de los Juegos Paralímpicos de 2010 a los de 2014.

Y por último, el momento quizá más melancólico fue cuando la llama paralímpica se extinguió en el pebetero de la Medals Plaza de Whistler para despedir definitivamente a los atletas de todo el mundo y dar paso ya a Sochi 2014.

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