El Comité Paralímpico Español está celebrando estos días el 25 aniversario de su creación. El órgano de unión y coordinación de todo el deporte de personas con discapacidad en España inició su andadura en 1995 y desde entonces siempre ha contado con la Presidencia de Honor de la Infanta Doña Elena. José María Arroyo fue su primer presidente (1995-2004) y desde 2004 está al frente de la entidad Miguel Carballeda. A lo largo de la historia de los Juegos Paralímpicos, el Equipo Español ha logrado un total de 694 medallas, 651 de las cuales fueron en los Juegos de Verano (208 oros, 221 platas y 222 bronces) y las 43 restantes en los de Invierno (15 de oro, 16 de plata y 12 de bronce).
Hasta los Juegos Paralímpicos de Barcelona 1992, los deportistas españoles habían estado representados por únicamente por sus respectivas federaciones deportivas organizadas por tipo de discapacidad. Pero pronto se dan cuenta de que, una vez salvaguardadas sus especificidades, la única forma de defender sus intereses como colectivo era desde la unidad de acción, lo que les condujo hacia la creación del Comité Paralímpico Español (CPE).
La idea no surgió sólo de una unión de federaciones, sino que también significaba la materialización de una estructura paralela y similar a la del deporte olímpico por un lado, y a la del movimiento paralímpico internacional por otro. A nivel nacional se trataba de conseguir una estructura equivalente al Comité Olímpico Español. Y en el ámbito internacional, el IPC existía ya desde 1992 y era lógico y necesario que cada país estableciera su estructura nacional similar y que pudiera integrarse en aquél.
Así, el 6 de septiembre de 1995 nace el Comité Paralímpico Español, como el órgano de unión y coordinación de todo el deporte practicado en España por personas con discapacidad y de su representación en el ámbito internacional, en estrecha colaboración con el Consejo Superior de Deportes y las federaciones españolas de deportes de personas con discapacidad.
El tirón de Barcelona 92, donde se lograron107 medallas, permitió que España continuara en el top 5 mundial y sobrepasando el centenar de metales en las dos siguientes ediciones de los Juegos, Atlanta 1996 y Sidney 2000. A partir de entonces, la masiva incorporación de nuevos países al panorama internacional paralímpico produjo una caída en los puestos del medallero, situándose en la última edición disputada, la de Río 2016, en undécima posición, con 31 preseas.
Desde su debut en Tel Aviv 1968, el Equipo Paralímpico Español ha participado en 22 ediciones de los Juegos, 13 de Verano y 9 de Invierno. En ellos ha conseguido un total de 694 medallas, 651 de ellas en los Juegos Paralímpicos de Verano y las 43 restantes en deportes de invierno. Cerca de la mitad de todas estas medallas se lograron en un deporte, natación, concretamente 338 metales. Los siguientes deportes con mayor número de medallas paralímpicas españolas son el atletismo, con 195 metales, el ciclismo, con 43, y el esquí alpino, con 39.
Si la creación del CPE supuso un punto de inflexión en la historia del movimiento paralímpico en España, un nuevo hito se daría con la puesta en marcha del Plan ADO Paralímpico (ADOP). Las larguísimas e históricas reivindicaciones de los deportistas paralímpicos respecto a la necesidad de ser considerados en igualdad de condiciones que sus compañeros olímpicos y poder disfrutar, por lo tanto, de becas y de un programa de preparación deportiva similar al ADO (puesto en marcha con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92) dieron por fin su fruto en 2005.
Desde entonces, las instituciones públicas y, sobre todo, una veintena de entidades privadas dieron el paso adelante y se decidieron a apostar por los deportistas paralímpicos, convirtiéndose en sus patrocinadores. Gracias a sus aportaciones económicas, los atletas con discapacidad cuentan hoy con las mejores condiciones para afrontar su entrenamiento y su preparación técnica para alcanzar las más altas metas posibles.
En estos últimos años, el Comité Paralímpico Español ha logrado otros importantes avances destinados a mejorar las condiciones de sus deportistas para lograr, por fin, la tan ansiada equiparación con los olímpicos. En 2006, los paralímpico comenzaron a entrenarse con regularidad en los Centros de Alto Rendimiento y de Tecnificación Deportiva a los que antes sólo habían accedido de forma testimonial. Un años más tarde, los deportistas con discapacidad fueron reconocidos como Deportistas de Alto Nivel por el Consejo Superior de Deportes, aunque sus guías aún tuvieron que esperar hasta 2014. Ese mismo año, el deporte paralímpico pasó de las estructuras de Promoción a las de Alta Competición en el organigrama del CSD y, ya en 2015, este organismo acordó conceder a los deportistas con discapacidad los mismo premios por medallas en Europeos y Mundiales que venían recibiendo el resto de atletas.
A partir de Pekín 2008, el Comité Paralímpico Español comenzó a repartir premios económicos por los metales conseguidos en Juegos, con unas cuantías que han ido experimentando un considerable incremento. En Pekín, otorgó 9.000 euros por cada medalla de oro, 5.000 euros por la plata y 3.000 por el bronce. Y diez años más tarde, en Pyeongchang 2018, los premios se fijaron en 45.000, 22.500 y 13.500 euros, respectivamente. Sin embargo, en este apartado aún queda un largo camino por recorrer hasta la equiparación con el deporte olímpico, cuyas medallas las abonan a partes iguales el Plan ADO y el Consejo Superior de Deportes.
Los deportistas paralímpicos han ido conquistando otros logros más allá del ámbito institucional. El Plan ADOP, cuyo presupuesto ha ido aumentando desde los 7 millones del ciclo 2005-2008 hasta los más de 21 en el período 2013-2016, ha ampliado progresivamente tanto las cuantías de las becas a deportistas y entrenadores, como la cantidad y calidad de los servicios que ofrecidos. Además de contar con un servicio médico y de fisioterapia pionero en el mundo, los beneficiarios del Plan ADOP tienen a su disposición un equipo de psicología, fisiología y nutrición que les permite abordar de forma multidisciplinar su preparación.
La presencia del deporte paralímpico en la sociedad española también ha evolucionado mucho desde que comenzó a darse a conocer en Barcelona 1992. Los éxitos de los atletas con discapacidad cada vez tienen más repercusión y generan mayor interés, hasta situar a España como segundo país del mundo en conocimiento del deporte paralímpico por parte de los ciudadanos. Así lo refleja un estudio a escala mundial elaborado por la consultora Nielsen a petición del Comité Paralímpico Internacional en 2017 y que estableció en un 86% la cifra de españoles que conocen el deporte practicado por personas con discapacidad.
Durante los Juegos Paralímpicos de Río se alcanzó el récord histórico en la difusión del deporte paralímpico en España, con 14 millones de espectadores en las retransmisiones a través de TVE, unas 1.000 informaciones publicadas diariamente en los medios de comunicación (prensa, internet, radio y tv), un millón y medio de visitas a la página web del Comité Paralímpico Español y 60 millones de impresiones en redes sociales./p>
En 2014 nació otro de los proyectos más innovadores puesto en marcha por el Comité Paralímpico Español, en este caso centrado en la detección y captación de talento de cara a la renovación generacional. Se trata de los Equipos de Promesas Paralímpicas, cuyo objetivo es facilitar el salto al alto nivel a los deportistas que comienzan a despuntar en las diferentes modalidades. El primero fue el AXA de Natación, a los que luego se unieron el Liberty Seguros de Atletismo y el Cofidis de Ciclismo. Unos años más tarde nacieron los de Tenis de Mesa y Triatlón, que no serán los últimos.